sólo soy el soporte

La Mona Lisa ha quedado grabada en mí, pero no la de Leonardo, sino una reinterpretación que hicimos a modo de esténcil. Aquí te cuento y te muestro el proceso performático en que se llevó a cabo el tatuaje, los textos que le dan el marco teórico y algunas que otras cositas para compartir.
¡bienvenidx!

11 de mayo de 2010

Construcción de la idea artística. Antecedentes


La performance se concretó en diciembre del año 2009 en el IES 9-010 de Eugenio Bustos, Mendoza, en el contexto de un examen final del taller de Lenguajes Artísticos. La idea de hacerme un tatuaje en el instituto frente a la vista de espectadores circunstanciales, empezó a gestarse tiempo atrás cuando, en algunos espacios curriculares, comenzamos a adentrarnos en las nuevas modalidades estéticas en que se manifestaba el arte contemporáneo. Cuando supe que mi compañero de estudios era tatuador, el proyecto fue tomando forma.

El retrato de la Mona Lisa me pareció adecuado para resemantizarlo, no sólo por lo que esta obra constituye para la Historia del Arte, sino también porque es una de los imágenes más conocidas de la Modernidad , además muchos/as artistas ya se habían apropiado de la Gioconda para realizar sus propias versiones. Pero la razón principal consistió en una decisión personal de hacer piel, de grabarme para toda la vida un sello, una imagen que, a mi entender, es sinónimo de Artes Visuales. No podría decir con exactitud que edad tenía cuando vi por primera vez a La Gioconda, pero tengo la sensación de que ha sido en épocas muy tempranas de mi vida, y la recuerdo no sólo como un retrato o una imagen, sino como un concepto, sentí, casi sin comprenderlo, que me encontraba frente a una obra de arte, “la” obra de arte por excelencia.
Decidimos que el tatuaje no iba a ser una reproducción más de la obra de Leonardo, quedaba pensar en que iba a consistir nuestra resemantización. Y aquí es cuando aparece la idea del esténcil. Me pareció adecuado asociar el esténcil con una (contra) cultura urbana, callejera, incluso de protesta, de acción-intervención, de rebeldía y de guerrilla, de “terrorismo poético”. Conceptos que no tienen que ver con las ideas y el mundo en que se manejaba Leonardo en el 1500. Es por esto que me gustó la posibilidad de juntar dos conceptos tan disímiles y sintetizarlos en un tatuaje; y al hacerlo en un espacio público, frente a espectadores casuales, en conjunto con otros lenguajes artísticos (fragmentos musicales, proyecciones de diferentes imágenes de la obra original reversionada por artistas, una fundamentación teórica y el posterior registro fotográfico del acto) convertiría una pieza clásica de la historia del arte universal en protagonista de una expresión del arte contemporáneo como es la performance.

Para rendir el espacio curricular de Producción Artística Contemporánea el proyecto de la Mona Lisa necesitaba hacer un giro, dar un salto cualitativo y la idea fue la creación de un blog donde se encuentre disponible la experiencia de la performance, junto con las fotos recopiladas de las versiones de la Mona Lisa y los textos que le dieron el marco teórico. Dentro de las posibilidades que estos espacios de Internet ofrecen la intención es que quienes lo visiten puedan aportar las interpretaciones de la obra original de Leonardo que tengan para ampliar la compilación –tal vez escribiendo a la dirección de correo electrónico que se aparece aquí, y puedan enviar como archivo adjunto las imágenes y en una segunda instancia me encargaré de subirlo a esta página. También es la idea poder agregar en este espacio virtual fotos en las que se vea el tatuaje de la Mona Lisa en fechas posteriores a la realización de la performance y en situaciones cotidianas donde quien es el soporte (es decir, mi cuerpo) actúe casi indiferente por la familiaridad y acostumbramiento con el tattoo. La finalidad es apuntar a la reflexión de la continuidad de esta imagen en el tiempo; jugar con la idea de lo efímero (la performance) y lo perpetuo (el tatuaje); además de mostrar como el aquí y ahora de la obra original, lo que Walter Benjamín denominó “aura” ha desaparecido en esta reproducción, y ha nacido un aura nuevo, completamente diferente a aquel de la obra de Leonardo, con su aquí y ahora particular, su contexto y sus significaciones propias.

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